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Oct

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Cada vez más jóvenes

Resumimos la aparición en Prensa de LARPA:

Los jóvenes desbordan a los terapeutas del juego, que advierten: «Son muy frágiles»


Los dos psicólogos que trabajan a diario con el colectivo de Ludópatas Asociados en Rehabilitación del Principado de Asturias (LARPA) -una entidad con sede en Oviedo- están«completamente desbordados» ante el crecimiento del número de jóvenes que acuden a la asociación desesperados y pidiendo ayuda para salir de la adicción al juego. Llegan algunos junto a sus familias, después de tocar fondo, a la desesperada y muchas veces tras haber gastado el dinero para una academia, del alquiler del piso de estudiante o de haber vendido los regalos de Navidad. «En esa franja de edad todavía hay personalidades que son muy frágiles, en algunas ocasiones hay problemas familiares, asocian el juego a conseguir dinero rápido? Pero una buena culpa la tiene la publicidad tan agresiva que les está bombardeando por todos los lados», señala Aida Díaz, una de las psicólogas de LARPA. Y avisan de que el peligro no ha hecho más que empezar, que suben las adicciones a teléfonos móviles y videojuegos, un mal al que se suman cada vez más mujeres.

En Oviedo, una protesta germinó en Ventanielles ante la apertura de una casa de apuestas en el barrio a la que, dicen los vecinos, acuden los jóvenes de la zona a gastar lo que tienen y lo que no. El grupo municipal de IU ha pedido que se limite la concesión de licencias para estos negocios y el Principado ya ha anunciado que ordenará registrar la identidad de quienes accedan y que establecerá distancias mínimas entre estos locales.

«No hay que juzgar a los enfermos, hay que tratar de ayudarlos», insiste Iván López. No en vano, detrás del problema de ludopatía de algunos jóvenes «puede haber depresiones, ansiedades… Es decir, síntomas psiquiátricos», añade. «La ludopatía es una enfermedad crónica. Te puedes rehabilitar, pero no te curas nunca», dice Aida Díaz.

Según explica Maxi Gutiérrez, presidente de LARPA, «Alrededor de un ochenta por ciento de las personas que vienen a las terapias se rehabilitan, un diez por ciento tienen pequeñas recaídas y el otro diez no lo consiguen».