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LARPA quiere abrir sede en Avilés

Ludópatas Asociados en Rehabilitación del Principado de Asturias abrirá una sede en Avilés en la que ofrecerá información y tratamiento.


Una entrevista de J. F. GALÁN (AVILÉS) en EL COMERCIO-AVILÉS

Ludópatas Asociados en Rehabilitación del Principado de Asturias (Larpa) abrirá una delegación en Avilés. «En torno al 10% de los afectados que están en rehabilitación en nuestra sede de Oviedo son avilesinos, y algunos tienen dificultad para desplazarse. También es importante llevar a cabo una labor de información y prevención», manifiesta Máximo Gutiérrez, presidente de Larpa y de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, en la que se integra.

-¿Cómo definiría la ludopatía?
-Es una alteración progresiva del comportamiento por la que el individuo siente una incontrolable necesidad de jugar, menospreciando cualquier consecuencia negativa. Se trata de la única adicción en la que no se consume ninguna sustancia que está reconocida como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud.

-¿En España se reconoce como tal?
-Sí. Cualquier ludópata puede ir al médico de cabecera para que se atienda su enfermedad. El problema es que el sistema sanitario es completamente ineficaz. Nos trata como a enfermos mentales, no como a adictos, y se olvida de atender a su familia.

-¿También precisa atención?
-Tanta como el propio ludópata y a veces incluso más. El familiar es víctima de todo y no suele entender nada, entre otras cosas porque ponerse en la cabeza de un ludópata es imposible.

-¿Qué es lo que pasa por su cabeza?
-Solo una cosa. Jugar.

-¿Cuál es el perfil?
-Ha cambiado mucho en los últimos años. Si antes era hombre casado de entre 35 y 50 años ahora la edad ha bajado mucho y cada vez hay más mujeres y como digo, sobre todo más jóvenes. También ha cambiado la terapia. Nosotros atendemos a familias. Antes el ludópata era uno o los dos progenitores, y ahora es el hijo. En torno al 40% de las personas que tenemos a tratamiento son menores de treinta años. El otro día nos vino uno de veintiséis años con una deuda de 30.000 euros, y nos dice que tiene toda la vida para pagarla. Es tremendo.

-¿Y las tragaperras?
-Continúan haciendo mucho daño, pero las casas de apuestas le están comiendo el terreno. Hay estudios que reflejan que entre los jóvenes de catorce años las apuestas deportivas son un tema habitual de conversación. Y eso no es normal.

-¿Cree que tendría que restringirse la publicidad de las casas de apuestas?
-De veinte equipos que hay en Primera División, diecinueve tienen un patrocinador relacionado con el juego, muchos de ellos el principal. Tendría que haber una legislación similar a la del tabaco o del alcohol. Lo que no es de recibo es que un estanco no te pueda regalar un mechero y se permita en cambio que las casas de juego te den bonos para jugar. Es alucinante. Si en un bar ofreciesen tres copas gratis a cambio de que te tomes otras tres acabarían cerrándolo. Lo que hay que hacer es regular, y en España hay tantas legislaciones como autonomías, a cada cual peor.

-¿Cómo es la de Asturias?
-De las mejores, lo que no significa que no tenga mucho que mejorar. Hay un plan de prevención, pero algunas de las medidas que contiene no se cumplen, especialmente en el apartado de prevención entre los jóvenes, que es de vital importancia.

-¿En qué consiste el proceso de rehabilitación?
-El primer paso es hacer ver al ludópata que le pasa algo. A partir de ahí hay terapias de grupo e individualizada, ayuda por parte de una trabajadora social y en algunos casos tratamiento psicológico. Lo importante es que la terapia ha de ser familiar. Como novedad, este año vamos a crear grupos específicos de jóvenes y de mujeres.

-¿Cuál es el porcentaje de éxito?
-Entre lo que lo terminan, en torno al 80% se mantienen abstinentes el resto de su vida. El problema es que a ese veinte por ciento hay que sumarle el treinta que no acaba el tratamiento. Y todos recaen.

-¿Se puede ser jugador sin ser ludópata?
-La ludopatía es una adicción. Empiezas poco a poco, y cuando te quieres dar cuenta estás todo el día apostando. El problema es que en España el juego está normalizado, se vende como una forma de ocio, se publicita e incluso se promociona. Hay mucha permisividad, y creo que es fundamental poner límites. Pero no olvidemos que el principal beneficiario es el Estado.

-¿Cómo cayó usted en la ludopatía?
-Como todos. Empiezas a jugar a las cartas en casa después de comer y acabas en partidas de póker, en bingos y en tragaperras. Si entraba en un bar y no había máquina era capaz de convencer al camarero para que se jugase algo a los chinos.

-¿Cuánto llegó a apostar?
-Me llegaron a embargar la casa a cuenta del juego. En realidad las personas que jugamos mucho no solemos hacer cálculos de cuánto perdemos. Asusta, sobre todo a la familia, y nos quedaríamos cortos.

-¿Cómo se dio cuenta de que era un ludópata?
-Cuando ves que no duermes, que engañas constantemente a la familia y que en lo único que piensas es en cómo vas a conseguir dinero para pagar las deudas y seguir jugando a ver si me recupero, te das cuenta de que algo te está pasando, pero no lo quieres ver. La ludopatía te puede llevar incluso a robar a la familia, a embargar tu casa sin que se entere, a falsificar firmas… La necesidad de jugar es más grande que cualquier otra cosa.

-¿Qué le diría a alguien que se esté aficionando al juego?
-Que tenga mucha precaución. Se puede jugar sin caer en la ludopatía, pero hay que ponerse límites razonables y no superarlos. El ejemplo más claro son las tragaperras. Si ganas y lo vuelves a meter en la misma máquina o en la de al lado, malo. Es un claro síntoma.

-¿Cuándo tiene previsto abrir la delegación en Avilés?
-Vamos iniciar los trámites a principios de año y a ver si hay alguna posibilidad de ocupar un espacio común, un local en el que podamos dar información a todo aquel que lo solicite. Después, en función de la demanda, intentaremos ofrecer tratamiento continuado, como hacemos en Oviedo.